martes, 15 de septiembre de 2015

Zoila Capristán Caruapoma

Zoila Capristán Caruapoma
Poeta, abogada, contadora pública y docente universitaria peruana nacida en Cajamarca.
Sus estudios de educación secundaria los realizó en Cajamarca, posteriormente se trasladó a Lima y estudió Ciencias Contables y financieras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, luego Derecho y Ciencias Políticas, continuó con una maestría en Derecho Penal.
Posee una frondosa producción poética, publicadas diarios, revistas y en muchas páginas Web's.
Ha trabajado como docente universitaria en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Antología:
-       Punto & aparte. Muestra de poesía hispanoamericana. Editorial Vicio Perpetuo. 2012
-       Sacra cofradía. Ramillete de poesía peruana. 2011.
-       Morada Poética. Poemario multiautoral. 2007. Vagón Azul Editores.

Obra:
-       Bajo Cero. 2010. Vagón Azul Editores.

Comentarios:
Bajo cero de Zoila Capristan no es solo la ópera prima de muestra el manejo diestro de la palabra por parte de una poeta ya cuajada, sino un gran aporte a la reciente poesía peruana escrita no solo por mujeres. Libro río, que se presta a varias lecturas: tumultuoso, poliédrico, incandescente como es la vida contemporánea. La poeta ha volcado las visiones de una realidad fragmentada, convulsionada y dramática, pero bajo este velo (que roza con lo absurdo kafkiano) ha plasmado una historia lírica, en donde palpita una voz soterrada (canto villano) que hace contrapunto con esa otra voz mayor (brechtiana). Es decir, hay dos tonos que obedecen a dos planos: el del mundo interior (representado por la tumba intemporal de la muerte o la memoria) y el exterior de lo contingente (el mundo apocalíptico de hoy, la convivencia entre guerras e injusticias).
Miguel Ildefonso. Del Prólogo del libro.

La poesía es un hecho social. La poesía es expresión artística de la contradictoria condición del ser humano: miserable en su grandeza, pero, a la misma vez, grande en su miseria. La lectura de Bajo cero de Zoila Capristán (Vagón azul editores, 2010) nos lo confirma con creces.
Bajo cero, el poemario de Zoila Capristán, nos presenta un concierto de voces en sus composiciones que nunca lo es tanto como cuando brota para expresar nuestra oscura animalidad en un tiempo de crisis de la vida pública que es también crisis de las conciencias.
David Antonio Abanto Aragón. Escritor

Editorial Vagón Azul se honra de presentar al público esta nueva obra: Bajo Cero, de Zoila Capristán, que reúne la poesía forjada durante años de trabajo, expresión de energía y pasión creativas. La integridad de estas páginas revela un auténtico compromiso con el quehacer literario, y las constituye en una edición de lectura imprescindible para quienes se complazcan ante todo ejemplo de sensibilidad bien formulada, y quien preste mirada atenta a la escena de la literatura en el Perú y las voces que van aflorando.
Richard Varela. Editor.
Del BlogSpot: Zoila Capristán

Nuestra autora da a su libro un trance de agonía, en el sentido griego del término, la lucha o combate por la vida humana, la contienda postrera contra la muerte, ese ministro inexorable que no dilata ejecución alguna, como escribiera el autor de Macbeth. Eso puede producir en un espíritu asertivo y sensible como el de Zoila Capristán un ansia o deseo vehemente, la angustia o la aflicción. Observamos esa ansia cuando la poeta nos dice “invoco al fuego para incinerar mi carne / que no quede átomo alguno en la tierra / cuando la nave llegue a su destino / ¡ningún rastro mío se levante!”; el deseo, cuando observa “caen de maduros los besos que no te di / deseos se deslizan violentos bajo el ombligo / cuando tus manos imaginarias acarician / fluye la costra de la piel / se desliza el caparazón”. La angustia queda patente en varios de los poemas de Bajo Cero. Por ejemplo, cuando nos advierte “el frío me cala / en el fondo no hay sitio / anudarse la garganta fuerte /muy fuerte”; o, “evoco la tristeza de la lluvia que taladraba mis párpados / al perfume del barro / tarde que se desmorona quejándose de frío”. Finalmente, la aflicción se deja sentir cuando escribe: “fue el acto del profeta / el día en que los pájaros encumbraron vuelo llorando / cuando de mi cuna crecieron enraizadas rosas negras / ¡la nefasta noche en que nací!”.
            De la web: Instituto de estudios de la acción humana - IEAH

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